martes, 2 de abril de 2013

¿Cómo entender a un niño autista a la hora de comer?

A propósito del 2 de Abril, Día Mundial de Concienciación sobre el autismo

"...El autismo te habla, sigue las señales..."

Para todo padre suele ser un problema la hora de comer de sus niños, pataletas, juegos, gritos y negación por parte de los pequeños es muy común en todos los hogares del mundo, estos problemas son aún más frecuentes cuando se trata de niños con trastornos del espectro del autismo (TEA).
 
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo (A/RES/62/139 ) para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que sufren este trastorno.
 
“Algunos estudios de la década de los noventa indican que hasta un 40% de los pequeños con autismo presentan problemas a la hora de comer. Sin embargo, trabajos más recientes apuntan que la prevalencia de los problemas de la alimentación en los niños con autismo puede llegar a ser hasta del 90%” dijo la psicóloga María Baratas durante la jornada sobre sanidad y autismo “El autismo te habla, sigue las señales” celebrada hace unos meses en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
 
Algunos de las características de las personas con trastornos del espectro del autismo pueden verse reflejados en su relación con los alimentos. En este sentido, psicólogos explican que los niños con TEA tienen dificultades para la flexibilización mental, por lo que les cuesta aceptar cambios en las rutinas y acontecimientos novedosos o imprevistos, de ahí su preferencia u ‘obsesión’ por ciertos contenidos, objetos, patrones de ejecución o comidas.
 
También pueden presentar “dificultades de anticipación”, es decir, problemas para comprender el sentido de una actividad y para deducir qué va a suceder después. “Por ello prefieren un orden claro y ambientes conocidos y predecibles”, igual que la hipersensibilidad a ciertos colores, formas, texturas o temperaturas, por lo que sólo aceptan determinados estímulos. Esto se conoce como hiperselectividad. Todos estos rasgos pueden influir en sus hábitos de alimentación, de modo que nos podemos encontrar con un rechazo hacia un determinado tipo de alimento, hacia ciertos utensilios o hacia las novedades en la rutina, entre otras cosas.
 
Se debe analizar si existen intolerancias, alergias o alteraciones gastrointestinales, además de tener en cuenta si existe un adecuado patrón de masticación y de deglución. Y recordar que no todos comemos en igual medida así que se debe valorar la cantidad de alimento que la persona necesita.
 
Trabajemos de corazón con las personas que padecen trastornos del espectro autístico, ayudándolas a cultivar sus aptitudes y a hacer frente a los desafíos con que se enfrentan para que puedan llevar la vida productiva que les corresponde como derecho, recordemos que con amor y paciencia todo se puede lograr y sensibilizarnos ante las diferentes situaciones es importante.
 
 


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